Durante principios del mes de noviembre, nuestra compañera María Luisa Díaz Quintero, participó en los encuentros estatales del Programa Jurídico en Centros Públicos que tuvo lugar en León. En este encuentro se reivindicaba el papel de los Servicios de Orientación y Asistencia Jurídica Penitenciaria, imprescindibles para garantizar los derechos de las personas presas, entendiendo que tales servicios son públicos y por tanto, deben estar sufragados con cargo a los presupuestos de Justicia Gratuita.
Así, el foro ha demandado una mayor difusión y formación sobre el acceso al Tribunal Europeo de los Derechos Humanos (TEDH) para los abogados y abogadas desde el Consejo General de la abogacía y sus Colegios de Abogados, ya que se da el caso de que España es uno de los países europeos donde aún se incumplen varias exigencias del TEDH.
Además, parte del encuentro se centró en la situación de desigualdad de la mujer respecto a la población penitenciaria masculina, hecho más que constatado. Siendo muy necesario dar a conocer y adaptar las prisiones a las necesidades del colectivo femenino, fundamentalmente en materia de salud, educación y empleo.
Por otro lado, los/as participantes de estas jornadas, expresaron su preocupación por la situación de las presas y presos que se encuentran en la situación de máximo castigo cumpliendo sus condenas en régimen de primeros grados, siendo «un fracaso como sociedad no haber avanzado en la situación de estas personas, incumpliendo la premisa del art 25.2 de la CE sobre las exigencias de reeducación y resocialización de las penas privativas de libertad», ha resaltado el foro.
Hay que destacar por otra parte, la participación del representante del Mecanismo Nacional de Prevención contra la Tortura del Defensor del Pueblo, que puso de manifiesto las deficiencias sobre el uso de las contenciones mecánicas en prisión, recomendando que se lleven a efecto las actuaciones oportunas para garantizar los derechos de las personas presas.
También tuvieron su presencia en una mesa redonda, los medios de comunicación, donde quedó latente que es imprescindible una mayor concienciación y tratamiento de la situación de las realidades de las personas presas, así como del medio penitenciario, no confundiendo a la sociedad con ideas equivocadas, huyendo de los estereotipos y del amarillismo informativo, ya que lo fundamental es sacar las prisiones de la oscuridad y acercarlas a la sociedad que las ha creado y regulado.
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