En UNAD, la Red de Atención a las Adicciones, llevamos casi 40 años defendiendo los derechos de las personas con consumos problemáticos de drogas y adicciones. También los de sus familias y los de la comunidad en su conjunto, por esto consideramos que en un día como este las personas deben ser el centro de cualquier reclamo.
Creemos firmemente en que la represión y la criminalización no es la manera más efectiva de abordar el problema del consumo de drogas, sino que debe hacerse como un asunto de salud pública. La inversión en programas de prevención, educación y tratamiento es más beneficioso que perseguir y encarcelar a las personas consumidoras. De hecho, enfoques basados en la reducción de daños y la rehabilitación han demostrado mejores resultados a largo plazo.
Sin duda, las drogas, y las adicciones en las que en ocasiones derivan, son una realidad del presente y no un problema de los años 80. Cada día en nuestros servicios vemos cómo las drogas y otras adicciones afectan a personas de todas las edades, género, raza, origen, clase social y condiciones socioeconómicas. De hecho, cada año, atendemos a casi 40.000 personas.
Hoy más que nunca creemos en la importancia de abordar esta problemática desde una perspectiva integral, biopsicosocial, comunitaria, con perspectiva de género y que, además, tenga en cuenta la interseccionalidad. Además, debemos basarnos en el trabajo en red, en las alianzas, y contar con la propia persona a la hora de tomar cualquier decisión, promoviendo así su independencia y autonomía.
Por esto en un día como hoy, las más de 200 entidades que formamos parte de la mayor red de atención a las adiciones de España, alzamos la voz y nos comprometemos una vez más con las personas y sus familias para seguir defendiendo sus derechos, eliminando estigmas y promoviendo de manera activa la prevención.
Además, en este 26 de junio queremos ir más allá. Queremos provocar nuevas miradas, nuevas relaciones, pero también generar cambios para que estas personas dejen de ser rechazadas, apartadas y olvidadas. Y por ello proponemos #CAMBIARELGESTO ante las adicciones.
Así, nos reafirmamos y pedimos que:
• Que los derechos de las personas con drogodependencias y otras adicciones se cumplan en todos los ámbitos, especialmente de aquellas que viven una mayor vulnerabilidad como son las mujeres víctimas de violencia de género, las personas mayores, las personas en situación de exclusión social y pobreza o las personas que están en prisión. Debemos dignificar su vida.
Además, queremos llamar la atención sobre la criminalización de las personas con problemas de drogodependencias, especialmente de aquellas que se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad social y terminan encarceladas. En este sentido, reclamamos que, de una vez por todas, España cuente con un verdadero sistema de alternativas a la prisión, moderno y a la altura de los países europeos de nuestro entorno cultural, que apuesten por el abordaje terapéutico y comunitario de sus problemáticas de base así como la implementación de la Justicia Restaurativa en el ámbito penal, con el
convencimiento de que la prisión no es la solución para reducir la delincuencia en colectivos en situación de exclusión social, sino que para ello es necesario la inversión en políticas sociales de salud mental, educación, vivienda, empleo y apoyo a las familias con menos recursos.
Igualmente, demandamos políticas específicas dirigidas a apoyar a las mujeres con adicciones que han sufrido violencias físicas, psicológicas y sexuales y a las personas mayores con adicciones.
• Eliminación de los estigmas que recaen sobre ellas y sus familias, y que se agravan aún más en el caso de las mujeres y de las personas mayores, llegando a vivir situaciones de doble o incluso triple estigmatización. Estas acciones generan exclusión y desigualdad y afectan de manera directa a la salud y el bienestar de las personas impidiendo que, en muchos casos, busquen ayuda y apoyo.
Así, abogamos por una sociedad que muestre empatía, comprensión y solidaridad y reivindicamos que se promueva la educación, la formación profesional y la sensibilización para cambiar las percepciones, los gestos y las actitudes negativas.
• Que la prevención sea tratada como una prioridad. Así defendemos programas integrales que se centren en informar, educar y promover estilos de vida saludables desde edades tempranas. Creemos en la importancia de fomentar entornos de apoyo, donde las personas puedan tomar decisiones informadas y acceder a recursos para prevenir las adicciones.
Esto implica asignar recursos adecuados, capacitar a equipos profesionales de la salud y sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de la prevención y detección precoz. Estas acciones contribuyen a reducir el impacto negativo de las adicciones en la sociedad, evitando daños a la salud, problemas sociales y costes asociados. Así, instamos a los gobiernos y a las instituciones a invertir en recursos adecuados y a trabajar en colaboración con la sociedad civil para ofrecer servicios inclusivos y accesibles.
• Compromiso y responsabilidad político y social para reforzar la red de atención a las adicciones y dotarla de una financiación estable y duradera para que se pueda dar respuesta, con la máxima calidad, a todas las personas, sin que nadie quede atrás. Además, compromiso y responsabilidad para desarrollar políticas públicas dirigidas a las necesidades reales de las personas con adicciones para que dejen de ser las grandes olvidadas.
Por todo esto, en un año electoral, hacemos un llamamiento especial a los partidos políticos y a las Administraciones Públicas, pero también al Tercer Sector, a las personas profesionales, voluntariado, empresas, universidades, y a la sociedad en general para que, entre todas, podamos trabajar de una manera cohesionada y #CAMBIARELGESTO ante las adicciones. De esto dependerá su futuro, el futuro que queremos.
ShareJUN